- Resistencia a las concesiones :Los fuertes sentimientos nacionalistas pueden hacer que los líderes estén menos dispuestos a hacer concesiones o encontrar un punto medio en las negociaciones. Esto puede llevar a estancamientos e incluso intensificar los conflictos.
- Mayor rigidez en las posiciones :Los fuertes sentimientos nacionalistas pueden dificultar que los líderes comprometan sus posiciones declaradas. Esto puede resultar en una reducción de las opciones diplomáticas y una reducción en la probabilidad de llegar a un acuerdo.
- Mayor sensación de agravio :Los fuertes sentimientos nacionalistas pueden contribuir a un sentimiento de agravio y victimización. Esto puede hacer que a los líderes les resulte más difícil confiar unos en otros y encontrar puntos en común.
- Apelación al público nacional :En algunos casos, los líderes pueden utilizar una fuerte retórica nacionalista como forma de atraer a su audiencia nacional. Esto puede hacer que sea menos probable que hagan concesiones en cuestiones internacionales, ya que pueden sentir que necesitan mostrar fuerza y proteger los intereses de su propio país.
En última instancia, un nacionalismo fuerte puede crear un entorno menos propicio para negociaciones efectivas y puede hacer más difícil llegar a acuerdos y resolver disputas.