Gran Bretaña y Francia firmaron una alianza militar formal con Polonia el 25 de agosto de 1939, en respuesta a las crecientes tensiones entre Alemania y Polonia. La alianza fue un intento de disuadir a la Alemania nazi de una mayor agresión contra Polonia y demostrar el compromiso de Gran Bretaña y Francia con la seguridad colectiva en Europa. Sin embargo, a pesar de su alianza con Polonia, Gran Bretaña y Francia no lograron impedir la invasión alemana de Polonia el 1 de septiembre de 1939, que marcó el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.