2. La expansión del comunismo. La Unión Soviética era un estado comunista y sus líderes estaban comprometidos a extender el comunismo a otros países. Esto llevó a conflictos con los estados de Europa del Este que se oponían al comunismo.
3. La Guerra Fría. La Guerra Fría fue un conflicto global entre Estados Unidos y la Unión Soviética que duró desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta principios de los años noventa. Los estados de Europa del Este a menudo quedaron atrapados en medio de este conflicto, mientras Estados Unidos y la Unión Soviética competían por la influencia en la región.
4. Agravios económicos. Algunos de los estados de Europa del Este que lucharon contra la Unión Soviética tenían agravios económicos con la Unión Soviética. Por ejemplo, Polonia estaba enojada porque la Unión Soviética estaba aprovechando sus recursos naturales, mientras que a Hungría le molestaba el control soviético sobre su economía.
5. Sentimiento nacionalista. Muchos de los estados de Europa del Este que lucharon contra la Unión Soviética tenían fuertes sentimientos nacionalistas. Estos sentimientos a menudo se vieron alimentados por el hecho de que la Unión Soviética tenía un ejército grande y poderoso que era percibido como una amenaza a su soberanía nacional.
6. Apoyo de Estados Unidos. Estados Unidos brindó apoyo militar y financiero a algunos de los estados de Europa del Este que lucharon contra la Unión Soviética. Este apoyo ayudó a aumentar las capacidades militares de estos estados y hizo más difícil para la Unión Soviética derrotarlos.
7. El eventual colapso de la Unión Soviética. La Unión Soviética era un Estado muy poderoso, pero finalmente se vio debilitado por una combinación de factores económicos, políticos y militares. Esto facilitó a los estados de Europa del Este la lucha por su independencia.