El período posterior a la Segunda Guerra Mundial vio un aumento significativo en las tasas de natalidad y el crecimiento demográfico en Europa. Este fenómeno, conocido como "baby boom", fue el resultado de varios factores, entre ellos la mejora de las condiciones económicas, el aumento de la estabilidad social y los avances en la atención sanitaria. Países como el Reino Unido, Francia y Alemania experimentaron un aumento en el número de nacimientos, lo que provocó un aumento sustancial de la población. Este crecimiento tuvo un profundo impacto en la sociedad y moldeó las tendencias demográficas en Europa durante décadas.