La gran mayoría de la población de la antigua Roma era pobre. Los ricos eran una minoría muy pequeña. Los pobres vivían en barrios marginales y tenían muy poco dinero o propiedades. A menudo tenían que trabajar largas horas en trabajos peligrosos para sobrevivir. Los ricos vivían en casas grandes y lujosas y tenían acceso a la mejor educación, atención médica y alimentación.