La característica principal del palacio era el gran atrio, que era un gran espacio abierto en el centro del edificio. El atrio estaba rodeado de pilares y tenía un techo alto. Fue utilizado para recepciones y otros eventos sociales.
El palacio también tenía varias salas privadas, incluido el dormitorio de César, el comedor y la biblioteca. Todas estas habitaciones estaban lujosamente decoradas y tenían sus propias características únicas.
En general, el palacio de César era un edificio magnífico que reflejaba su riqueza y poder. Era un hogar apropiado para uno de los hombres más poderosos de la antigua Roma.