En general, el Holocausto fue un acontecimiento catastrófico en la historia judía, y la gran mayoría de los judíos estaban horrorizados por las atrocidades cometidas por los nazis y otros colaboradores. Muchos judíos participaron activamente en los esfuerzos de resistencia, ya sea mediante la lucha armada, el espionaje u otras formas de oposición.
Sin embargo, debido al extremo desequilibrio de poder y la naturaleza sistemática del programa de exterminio, la resistencia armada eficaz contra los nazis fue un desafío y a menudo resultó en severas represalias. Para muchos judíos, la supervivencia dependía de mantener un perfil bajo, esconderse o huir de los nazis y sus colaboradores.
Es importante recordar que la población judía fue atacada únicamente por su religión y origen étnico. El Holocausto no fue el resultado de que un número significativo de judíos se opusiera a él, sino más bien un horrible ejemplo de genocidio sistemático, patrocinado por el Estado, impulsado por el odio y los prejuicios.