Joan, una humilde campesina nacida en Domrémy, llevó a los franceses a varias victorias importantes que cambiaron el rumbo de la guerra a favor de Francia. En particular, jugó un papel decisivo en el alivio de la ciudad sitiada de Orleans y, posteriormente, en la derrota de los ingleses y borgoñones en la batalla de Patay. Finalmente, Carlos VII fue coronado formalmente rey de Francia en Reims a pesar de no controlar París, que sólo se rindió en 1436 después de otra victoria francesa decisiva y varios años después de que Juana fuera capturada y quemada en la hoguera por franceses y borgoñones proingleses. Por tanto, se puede argumentar que su campaña y su muerte facilitaron directamente la consolidación del trono de Carlos.