Es difícil precisar la fecha exacta en la que estallaron las cosas con el Holocausto, ya que fue un proceso gradual que se intensificó con el tiempo. Las Leyes de Nuremberg de 1935, que privaron a los judíos de su ciudadanía y de sus derechos básicos, fueron un importante punto de inflexión en la persecución de los judíos en Alemania. El pogromo de la Kristallnacht del 9 y 10 de noviembre de 1938, durante el cual hogares, negocios y sinagogas judías fueron atacados y destruidos en toda Alemania y Austria, marcó una nueva escalada de violencia contra los judíos.
En septiembre de 1941, el gobierno alemán comenzó a implementar la "Solución Final", un plan para exterminar a todos los judíos de Europa. Esto llevó al establecimiento de campos de exterminio, como Auschwitz-Birkenau, Treblinka, Sobibor y Belzec, donde millones de judíos fueron asesinados sistemáticamente utilizando cámaras de gas y otros métodos. El Holocausto alcanzó su punto máximo en 1942-1943, cuando cientos de miles de judíos fueron deportados a campos de exterminio y asesinados cada mes.
La liberación de los campos de concentración y exterminio por las fuerzas aliadas en 1945 marcó el fin del Holocausto. Los juicios de Nuremberg, celebrados después de la guerra, llevaron ante la justicia a algunos de los autores del Holocausto, pero muchos otros escaparon al castigo o nunca rindieron cuentas. El Holocausto sigue siendo uno de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad y sirve como recordatorio de los peligros del odio, el racismo y la intolerancia.