La Unión Soviética, de la cual Rusia era la república más grande, surgió de la Segunda Guerra Mundial como una potencia global con un área de influencia proyectada sobre Europa central y oriental. Después de la guerra, los Estados Unidos y la Unión Soviética eran las dos superpotencias, y la guerra había mostrado al mundo el potencial destructivo de las armas nucleares. La Unión Soviética había logrado importantes avances industriales y militares durante la guerra, y Estados Unidos y sus aliados temían su poder militar.
Había una sensación de incertidumbre y miedo sobre las intenciones de la Unión Soviética en el mundo de la posguerra, y algunos se preocupaban por la posibilidad de un conflicto futuro entre Estados Unidos y la Unión Soviética. La Guerra Fría, un período de tensión geopolítica y rivalidad entre las dos superpotencias, duraría décadas y moldearía las relaciones internacionales en la segunda mitad del siglo XX.