
Por Demercino Junior
Las Cruzadas fueron expediciones organizadas por la Iglesia Católica durante la Edad Media, con el objetivo de retomar Jerusalén y difundir el cristianismo. Un pasaje que la historiografía mundial no ha cubierto muy de cerca fue la Cruzada de los Niños. Quizás por falta de fuentes o por no darle mucha importancia, la Cruzada de los niños es vista por algunos estudiosos de forma romantizada.
En 1212, un grupo de niños organizó una Cruzada con la intención de llegar a Tierra Santa, Jerusalén. Dejaron regiones de Alemania y Francia y la mayoría nunca regresó a sus hogares. Los niños que no fueron secuestrados y esclavizados murieron en el camino de hambre o frío.
Para explicar las sucesivas derrotas de los cruzados, se hizo público un pasaje en el que sólo los niños, puros e inocentes, obtendrían la victoria y retomarían Jerusalén. Algunos historiadores especulan sobre la posible existencia de un error de traducción:la palabra pueri, que se asociaba con el niño (en latín), también se traduce como joven. Pudo haber sido una expedición que reunió a miles de jóvenes y la historia intentó interpretarla a su manera, asociándola con los niños. La duda que cuelga es que sería imposible que un grupo de niños viajara en las más diversas condiciones climáticas, durante miles de kilómetros y, de ser posible, sería un suicidio.
La versión oficial, según cronistas de la época (entre ellos Roger Bacon y Vincent de Beauvais), cuenta que Estevão, de 12 años, fue a Saint Denis, Francia, para entregar una carta al rey Felipe Augusto. Esteban había recibido la visita de Jesucristo y le había confiado la organización de una expedición a Jerusalén y la expulsión de los musulmanes de Tierra Santa. Esta expedición debe estar formada únicamente por niños, ya que son puros de corazón. El rey Felipe, asustado, buscó ayuda para saber qué hacer. Le ordenaron que enviara a Estevão de regreso a casa.
La verdad sobre los hechos no se sabe con seguridad. Otras versiones dicen que Estevão se hizo tan popular que fue elevado al rango de santo o que se convirtió en líder porque era conocido como hacedor de milagros. Sólo que, en un intento fallido, ordenó la apertura del mar Mediterráneo. Sin éxito, su historia terminó. Dos mercaderes se ofrecieron a llevar a Esteban (y a otros dos mil jóvenes que lo acompañaban) a Jerusalén en barco. En julio de 1212, abordaron siete barcos y nunca más se supo de ellos.