Historia antigua

reino de ghana

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Ghana fue uno de los imperios más grandes formados en África Continente que se desarrolló fuera de las regiones costeras o del África musulmana. Su extensión correspondía a las actuales regiones de Malí y Mauritania, lindando con el inmenso desierto del Sahara. A partir de ahora, podemos ver la apasionante historia de un reino que prosperó a pesar de no tener salidas al mar y estar cerca de una región considerada económicamente inviable.

Las dificultades geográficas explícitas La situación de la región comenzó a ser superada cuando las poblaciones del África Subsahariana (o África Negra) entraron en contacto con la porción norte del continente. Gracias a la domesticación del camello, fue posible que las comunidades de pastores cercanas al desierto del Sahara comenzaran a emprender nuevas actividades económicas. En tiempos de sequía, los pastores bereberes se trasladaron a la región del Sahel para comerciar con los pueblos de la región.

Entre estas poblaciones se destacaron los soniquês, que ocuparon una región cercana a las orillas de los ríos Senegal y Níger. Estos pueblos comenzaron a organizarse en comunidades agrícolas estables que se unieron principalmente debido a los ataques de las tribus nómadas. La región que era rica en oro combinó su producción agrícola con el comercio de la región para emprender la formación del Reino de Ghana. De esta forma se estableció una monarquía en el interior de África.

Su organización política es motivo de controversia entre los historiadores que estudian el tema. A pesar de tener un gran territorio y una organización política propia de gobiernos imperiales, Ghana no tenía una cultura militarizada ni expansionista. El Estado se mantenía a través de un eficiente sistema de recaudación de impuestos ubicado en los principales centros comerciales en un territorio no muy bien definido.

La economía comercial de Ghana alcanzó su punto máximo en el siglo VIII, uniendo las regiones del norte de África, Egipto y Sudán. Entre los principales productos comercializados se encontraban sal, telas, caballos, dátiles, esclavos y oro. Estos dos últimos elementos fueron de fundamental importancia para la expansión económica del reino de Ghana y el considerable aumento de la mano de obra disponible. Entre los centros urbano-comerciales más importantes de este período destacamos la ciudad de Bambuque.

El oro se enviaba principalmente a la región del mar Mediterráneo, donde los árabes lo utilizaban para acuñar monedas. Para controlar las regiones mineras de oro, el rey era directamente responsable del control productivo. Para proteger la región del oro, se recurrió al uso de leyendas sobre criaturas fantásticas para protegerse de la codicia de otros pueblos. La sal también era de gran valor debido a su importancia para la conservación de alimentos y la retención de líquidos para las personas que deambulaban por el desierto.

El reino de Ghana empezó a sentir los primeros signos de su crisis con el agotamiento de las minas de oro que sustentaban su economía. Además, después del siglo VIII, la expansión islámica amenazó la estructura centralizada de gobierno. Los llamados almorávides habrían emprendido los conflictos que, en nombre de Alá, trastocaron el Reino de Ghana. A partir de entonces, los reinos de Mali, Sosso y Songhai se disputarían la región.


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