Por Rainer Sousa
Las teorías que hablan sobre la ocupación del hombre en América trabajan con un universo de fechas muy variado, abarcando el rango entre hace 30 y 60 mil años. En este campo observamos un gran número de investigaciones arqueológicas, geológicas y paleontológicas interesadas en responder con mayor precisión a esta pregunta. De hecho, mientras que el “cuándo” aparece como una pregunta que deben responder estos estudiosos, el “cómo” sucedió parece ser otro desafío.
Una tesis respecto a esta última cuestión sugiere que algunos de los primeros hombres habrían surgido de forma natural en estas tierras. Aunque posible, este argumento no se ve respaldado por el hecho de que, hasta la fecha, no se han encontrado fósiles más antiguos que el Homo sapiens en el continente americano. Por ello, otras explicaciones parten de la idea de que pequeños grupos humanos ocuparon este espacio a través de diferentes movimientos migratorios.
La teoría más antigua al respecto fue defendida por investigadores que trabajan en el sitio arqueológico de Clovis, en Estados Unidos. Según ellos, la última parte de la última glaciación bajó el nivel del mar hasta el punto de que salió a la superficie una franja de tierra que conecta Alaska y Siberia. De esta forma, grupos humanos mongoles y premongoles abandonaron tierras asiáticas hasta llegar a la porción más septentrional del continente americano.
Otra hipótesis ha sido trabajar con la posibilidad de otro movimiento migratorio que se dio desde la navegación por el Pacífico, pasando por las islas polinesias hasta las regiones occidental y central de América. En esta posibilidad, presupone la existencia de una rudimentaria tecnología de transporte que permitiera la realización paulatina de pequeñas navegaciones que favorecieran tal empresa. Así, la ocupación del continente podría haberse producido en diferentes frentes.