
Momia de ibis blanco. Período grecorromano. Museo de las Confluencias, Lyon • MUSEO DE LAS CONFLUENCIAS
Los faraones no fueron los únicos momificados en el antiguo Egipto. También se embalsamaban y enterraban en las tumbas animales que cumplían una función sagrada para acompañar a los difuntos:monos, gatos, cocodrilos y pájaros, especialmente ibis. Estos inmigrantes blancos y negros de pico largo eran el emblema de Thoth, dios de las Letras y la Justicia. Colocadas como ofrenda en las necrópolis del valle del Nilo, permitían al difunto obtener los favores de los dioses durante su paso al más allá. Pero, ¿cómo consiguieron los egipcios tantas aves? ¡Porque no se han encontrado de esta manera unos pocos miles de ejemplares, sino millones! Es entre el 450 y el 250 a.C. J.-C. que el sacrificio de ibis conoce su apogeo:en la única necrópolis de Touna el-Gebel, en el Medio Egipto, los arqueólogos descubrieron 4 millones. Y 1,75 millones en el de Saqqara.
Una comida bajo escrutinio
¿Los egipcios los criaron con el propósito de sacrificarlos o los cosecharon en estado silvestre? Científicos del CNRS, de la Universidad de Lyon 1 y del Centro de Investigación y Restauración de Museos de Francia llevaron a cabo análisis para responder a esta pregunta. Utilizaron las momias de 11 ibis y 9 aves rapaces, conservadas en el Museo de las Confluencias, en Lyon, de las que extrajeron diminutos fragmentos de plumas y huesos; estudiaron su composición isotópica, es decir la abundancia relativa de elementos químicos como oxígeno, azufre, carbono, nitrógeno. Si estas aves fueran criadas en granjas, su alimentación habría sido homogénea. Sin embargo, la composición isotópica presentó una variabilidad muy significativa, lo que indica que las aves consumían una comida variada y migraban regularmente fuera del valle del Nilo. Es evidente, por tanto, que eran salvajes y cazados para satisfacer las necesidades de las necrópolis. Estos resultados confirman los de otro estudio realizado en 2019 por un equipo australiano, que analizó el ADN de ibis momificados y descubrió una gran diversidad genética. También había llegado a la conclusión de que los ibis no podían proceder de granjas.