Historia antigua

imperio otomano

El Imperio Otomano oImperio Turco-Otomano comenzó alrededor del año 1300, en lo que hoy es la República de Turquía y terminó en el momento de la Primera Guerra Mundial. Los territorios abarcaban parte de Oriente Medio, el Sudeste de Europa y el Norte de África. En los siglos XV y XVI fue una de las mayores potencias del mundo y se consolidó con la conquista de regiones pertenecientes al Imperio Bizantino.

El surgimiento tiene lugar a principios del siglo XI, cuando tribus formadas por turcos nómadas comenzaron a asentarse en Anatolia, región que hoy corresponde al territorio de Turquía. El apogeo se sitúa en la toma de Constantinopla (1453). El nombre “otomano” deriva del guerrero Otman I (1258-1324), responsable del proceso de consolidación del Imperio Otomano a partir del siglo XIII. Los otomanos provienen de la tribu Ghuzz, la región donde se encuentra Kazajstán.

Las estrategias militares utilizadas por Otman I transformaron a las tribus en una dinastía imperial y permitieron la expansión de la religión musulmana por los territorios conquistados. A pesar de esto, uno de los principales factores que aseguró la expansión territorial del Imperio Otomano es la tolerancia de las tradiciones y la religión de los pueblos conquistados.

Bajo el mando de Otomano I, los otomanos iniciaron el proceso de expansión territorial en las regiones hoy ocupadas por Europa, Oriente Medio y el norte de África. Bajo el liderazgo de Ertogrul (1190-1281) comenzaron las conquistas de Asia Menor.

El ejército de Orkhan I obtuvo sucesivas victorias contra los bizantinos en 1300, pero fue su hijo, Orkhan, quien jugó un papel decisivo en la expansión del Imperio Otomano. Además de las estrategias bélicas, Orkhan se perfiló como un excelente administrador, manteniendo la remuneración de las tropas por parte del Estado. Al frente del ejército, Orkhan conquistó Bursa, Nicea y Nicomedia. Los sitios tenían una importante importancia estratégica comercial, en el camino entre el este y el oeste.

La estrategia de entrenamiento de los soldados otomanos implicó el adoctrinamiento religioso, el Islam y la formación de una cultura militar sólida y fiel. Los niños y jóvenes capturados durante las guerras fueron educados según los preceptos de la religión islámica y pasaron a la denominación de yihads (guerreros), considerados hijos del sultán. Así, el ideal expansionista otomano dependía de la lealtad de los yihadistas.

No sólo el ejército, sino todo el pueblo otomano se vio impactado por la forma de vida religiosa islámica. De hecho, el Imperio Otomano llegó a imponer un modelo de poder que combinaba Iglesia y Estado. Las escuelas religiosas y los centros de formación de sacerdotes eran comunes. El control de la vida religiosa y el poder del Estado pertenecían al sultán, que llegó a imponer una especie de Iglesia y Estado.

Ya a principios del siglo XV, el Imperio Otomano controlaba varias regiones de Mesopotamia, incluidas las proximidades de los ríos Danubio y Éufrates. Recién en el año 1453, los otomanos sometieron al Imperio Bizantino con la captura de la ciudad de Constantinopla. Después de la conquista, el nombre de la ciudad cambió a Estambul. Bajo el control de Mahoma II, el Imperio turco-otomano marcó el comienzo de una nueva dinastía. En 1517, los otomanos tomaron posesión de La Meca y Medina, consideradas ciudades santas por los musulmanes.

Decadencia y Primera Guerra Mundial

El Imperio Otomano comenzó a perder poder a finales del siglo XVI, cuando en 1683 el ejército intentó sin éxito tomar la ciudad de Viena, Austria. La batalla inició un siglo de guerras con países europeos y el Imperio Otomano perdió parte de su territorio. La caída, definitivamente, se produjo en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), cuando los otomanos se aliaron con Alemania y fueron derrotados. Sólo en 1923 aparece Turquía, formada por un grupo restante de turcos.

Economía

Además de un poderoso ejército, formado por cientos de artillería, el poder del Imperio Otomano estaba garantizado por la prosperidad económica. Cada año, los turcos organizaban caravanas a La Meca, desde donde transportaban especias indias, seda, piedras preciosas y perlas de Persia. Hasta 1453, el imperio fue el principal proveedor de Occidente de productos procesados ​​y materias primas, como maderas, especias, alquitrán, frutas, seda, alfombras, vajillas de cobre y algodón. Junto al comercio, la agricultura y la pesca fueron muy importantes.

La toma de Constantinopla

La ciudad de Constantinopla –capital del Imperio Bizantino– fue tomada por los turcos otomanos el 29 de mayo de 1453, por las tropas del sultán Mehmed II, conocido como el Conquistador. El objetivo de Mehmed II era convertir la ciudad en la capital del imperio y la ciudad pasó a llamarse Estambul. El Islam fue declarado religión oficial, el cristianismo no fue prohibido.

Los historiadores destacan las acciones militares de Mehmed II a causa de la toma de Constantinopla. El sultán mandó construir un cañón de dimensiones impensables en la época y el artefacto se utilizó para abrir agujeros en la muralla de la ciudad. Como parte de la batalla, atracó 70 barcos que fueron utilizados en una acción nocturna para transportar tropas.


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