En 1764, debido a las demandas húngaras, se formó el Imperio Austro-Húngaro, gobernado por la dinastía Habsburgo. En el siglo XVIII, el imperio austrohúngaro estaba formado por 14 estados diferentes, en ellos había diversidad de razas, lenguas y religiones, el emperador era elegido por los príncipes alemanes y era un simple testaferro. Dos hechos trascendentales ocurrieron en el reinado de María Teresa, que fueron la guerra de los siete años en la que se perdió el territorio de Silesia, y el otro hecho trascendental fue el reparto de Polonia.
Austria en el siglo XVIII
Nunca ha habido una nacionalidad austriaca . En el territorio de Austria siempre ha habido numerosos pueblos de diferente raza, lengua e incluso religión. En el siglo XVIII, Austria estaba formada por los reinos de Hungría, Bohemia, Dalmacia, Croacia y Eslavonia.; por los ducados de Borgoña, Estiria, Carniola y Silesia; por los condados de Tirol y Goertz; por los dominios italianos de Milán y Nápoles y por los Países Bajos. Eran entonces, 5 reinos, 4 ducados, 2 condados, 3 dominios. En total:Catorce estados diferentes. No había unidad ni sentimiento patriótico entre ellos.
El emperador de Austria era una figura decorativa. Su elección dependió del capricho y las influencias de los siete electores alemanes establecidos por la Bula de Oro. Su gobierno era débil y sus órdenes apenas eran obedecidas. A pesar de tener el título de Emperador de Alemania, gobernó desde la ciudad austriaca de Viena, nada más que por el brillo de su corte y la belleza de sus edificios y paseos.
Origen del Imperio Austro-Húngaro
Entre todos los estados mencionados anteriormente destacó el Reino de Hungría, por su Asamblea o Dieta, muy celosa de su independencia para solucionar sus propios problemas y por sus ambiciones de predominio sobre otros pueblos. Este reino, a partir de 1764, logró que se le reconociera una cierta autonomía. Por eso el Imperio pasó a llamarse, en adelante, Imperio Austro-Húngaro.
Gobierno de María Teresa
En la historia del citado Imperio, durante el siglo XVIII, destaca el gobierno de la gran emperatriz María Teresa, perteneciente a la dinastía de los Habsburgo.
Este soberano era alegre, amable y sencillo. Enemiga de la pompa y ostentación de la Corte, vivía austera en su casa, con su marido Francisco de Lorena rodeada de sus 16 hijos. Algunos de ellos se convirtieron más tarde en figuras notables:Leopoldo, que gobernó brillantemente Austria-Hungría, y María Antonieta, que se casó con Luis XVI, rey de Francia, y murió en la guillotina.
María Teresa tenía una voluntad fuerte, una personalidad fuerte y una inteligencia clara. Cuando no estaba ocupada en sus diversiones favoritas (bailes, obras de teatro, fiestas de campo), se dedicaba a la organización del ejército. A veces vestía uniforme militar.
Los hechos más destacables de su reinado fueron tres:
- La Guerra de Sucesión de Austria
- La Guerra de los Siete Años
- Las divisiones de Polonia.
Guerra de Sucesión de Austria
El padre de María Teresa, el emperador Carlos VI, tuvo grandes dificultades para dejar la corona a su hija, porque a las mujeres no se les permitía ejercer el poder. Fue necesario publicar una ley llamada Sanción Pragmática (1713) , por el que María Teresa era declarada heredera real, ya que el monarca no tenía descendencia masculina. Con tal disposición se perjudicaban los derechos de otros príncipes que aspiraban al trono.
Mientras vivió Carlos VI, algunos soberanos de Europa reconocieron el derecho de María Teresa y aprobaron la Pragmática; pero en cuanto murió el Emperador, las ambiciones renacieron y el gobierno de la joven Reina tuvo que enfrentarse a una coalición de países que encendieron la guerra.
La lucha fue larga y costosa. Al final, María Teresa perdió algunos territorios y, entre ellos, la productiva Silesia, capturada por los prusianos.
Guerra de los Siete Años
Esta guerra fue provocada por la rivalidad entre Austria y Prusia. Ambos disputaron su soberanía sobre la región de Silesia. Federico II de Prusia expresó que dicho territorio le pertenecía por derecho de familia y por haberlo obtenido en la guerra. María Teresa respondió que Silesia era "su provincia más querida para ella" y que la defendería hasta el sacrificio.
Otra causa fue también el rápido desarrollo de Prusia, como potencia militar, lo que provocó la desconfianza de las naciones de Europa Central.
Austria buscó y obtuvo la alianza de Francia, España y Rusia. Prusia obtuvo el apoyo de Inglaterra. La guerra fue casi una guerra europea. Austria fue invadida por los ejércitos de Federico el Grande; pero Prusia también fue invadida por un ejército ruso. Durante siete años (1757-1764) se alternaron victorias y derrotas de un lado y del otro, hasta que los países combatientes, mediante tratados especiales, hicieron concesiones de territorios y el conflicto terminó. María Teresa, para su disgusto, no pudo recuperar Silesia.
Entrega desde Polonia
Otro de los hechos destacables del reinado de María Teresa fue el de haber participado en las vergonzosas divisiones de Polonia, llevadas a cabo por tres países (Prusia, Rusia y Austria), a partir de 1772.
La emperatriz de Austria participó en los dos primeros acuerdos (1772 y 1773), a pesar de que los rechazó. Lo hizo por miedo. Vio muy de cerca la ambición de las potencias vecinas de llevar a cabo tan vergonzosa mutilación de territorios, y seguramente temió que Austria también fuera dividida. La nación polaca, debido a las divisiones antes mencionadas, desapareció del mapa (1795).