Un día, para doblegar el orgullo de su amante, la reina le dice que es capaz de gastar 10 millones de sestercios en una sola cena. La noche siguiente organiza un banquete, espléndido por cierto, pero no más de lo habitual. Llega el momento del postre. Cleopatra luego pide una taza de vinagre. Toma una perla muy valiosa que lleva como arete y la arroja a la copa. Espera a que se disuelva y bebe, tragando así las riquezas prometidas. Uno de sus asesores presentes le impedirá hacer lo mismo con el otro pendiente.
¿Es cierta esta historia? Podría ser un invento de Plinio para desacreditar a Cleopatra, a quien llama "prostituta" en el mismo pasaje. Sin embargo, existen argumentos a favor de su veracidad.
¿Perlas en Egipto?
Tradicionalmente, las perlas no se utilizaban mucho en la joyería egipcia. Los egipcios preferían las piedras semipreciosas de colores brillantes engastadas en oro. Por otra parte, el gusto por las perlas estaba muy extendido en Roma en el siglo I. siglo antes de Cristo.
¿Soluble en vinagre?
Se han realizado experimentos para descubrir si el vinagre podría disolver las perlas:es posible, pero no instantáneamente. Probablemente había algo más que vinagre en la copa de Cleopatra.
¿Una poción digestiva?
Algunos han sugerido que la bebida ingerida por Cleopatra era un digestivo o un antiácido que se tomaba al final del banquete. Aunque no está demostrado, es probable que esta práctica fuera adoptada en Roma procedente de la India, donde se utilizaban perlas trituradas para este fin.