Origen:
Se desconocen los orígenes exactos de la frase, pero se ha utilizado durante siglos. Existen proverbios similares en diferentes culturas e idiomas, lo que sugiere que la idea de diversificar los riesgos es un concepto universal.
Una de las primeras referencias conocidas a la frase se encuentra en los escritos del antiguo filósofo griego Esopo (siglo VI a. C.). En una de sus fábulas, Esopo cuenta la historia de un hombre que lleva todos sus huevos en una canasta y accidentalmente los deja caer y los rompe. El hombre lamenta su desgracia y aprende la lección de no poner todos los huevos en la misma canasta.
La frase también aparece en las obras de otros escritores clásicos, como el poeta romano Horacio y el dramaturgo inglés William Shakespeare. Con el tiempo, se convirtió en un proverbio común y entró en el lenguaje cotidiano.
En la era moderna, la frase se ha utilizado en varios contextos más allá de las inversiones financieras. A menudo se aplica a los negocios, las elecciones profesionales y las relaciones personales, enfatizando la importancia de diversificar intereses y evitar la dependencia excesiva de una sola persona, oportunidad o resultado.