Una de las demandas clave de los rebeldes fue que la legislatura estatal emitiera papel moneda para ayudarlos a pagar sus deudas. También querían impuestos más bajos y el fin de la práctica del encarcelamiento por deudas. Además, buscaban evitar que los jueces les quitaran sus tierras cuando no podían hacer frente a los pagos de la hipoteca.
Para lograr estos objetivos, los rebeldes tomaron las armas y comenzaron a tomar los juzgados y a impedir que los jueces celebraran sus audiencias. También amenazaron con marchar hacia la capital del estado, Boston.
La rebelión finalmente colapsó después de que el gobierno estatal formó una milicia y derrotó a los rebeldes en la batalla. Sin embargo, la rebelión de Shays tuvo un impacto significativo en el desarrollo de Estados Unidos. Destacó la necesidad de un gobierno federal más fuerte que pudiera abordar los problemas económicos y prevenir futuras rebeliones. La rebelión también condujo a la adopción de la Constitución de los Estados Unidos, que creó un gobierno central más fuerte y estableció un sistema de controles y equilibrios para evitar que cualquier rama del gobierno se volviera demasiado poderosa.