Esta afirmación se relaciona específicamente con la habilidad histórica de la empatía histórica. , que implica ponerse en el lugar de personas del pasado para comprender sus perspectivas, motivaciones y el contexto en el que vivieron. Al desarrollar la empatía histórica, los individuos pueden comprender mejor por qué se tomaron ciertas decisiones, qué factores influyeron en ellas y cómo esas elecciones dieron forma a los acontecimientos posteriores.
Esta habilidad histórica permite una comprensión más profunda de las complejidades de las acciones humanas y las consecuencias que siguieron. A través de la empatía, las personas pueden aprender de los errores y éxitos del pasado y aplicar esas lecciones a sus propios procesos de toma de decisiones y desafíos sociales.
Por tanto, la declaración de Santayana subraya la importancia de cultivar la empatía histórica como medio para aprender de la historia y evitar repetir errores del pasado.