1. Celo religioso y piedad: Tierra Santa tenía un inmenso significado religioso para los cristianos. Jerusalén, Belén y otros sitios asociados con la vida y el ministerio de Jesucristo estaban bajo dominio musulmán, y muchos cristianos europeos sintieron un fuerte deseo de reclamar estos lugares.
2. Consideraciones políticas: El Imperio Bizantino, un bastión cristiano en Oriente, enfrentaba una presión cada vez mayor por parte de las fuerzas musulmanas. Los turcos selyúcidas habían capturado gran parte de Anatolia (actual Turquía) y amenazaban a Constantinopla, la capital bizantina. Al convocar una cruzada, el Papa Urbano II esperaba aliviar el Imperio Bizantino y fortalecer la influencia cristiana en la región.
3. Expansionismo: La Primera Cruzada brindó oportunidades para que la nobleza europea expandiera sus territorios, adquiriera riqueza y ganara poder político. Muchos caballeros y señores vieron la Cruzada como una oportunidad para conquistar nuevas tierras y establecer sus propios dominios en Oriente.
4. Factores Económicos: Las Cruzadas también ofrecieron incentivos económicos. Los comerciantes y las ciudades comerciales de Europa vieron la oportunidad de obtener acceso a lucrativas rutas comerciales y establecer vínculos comerciales con Oriente.
5. Uniendo la cristiandad: La Primera Cruzada sirvió como fuerza unificadora para la cristiandad occidental. Reunió a personas de diferentes regiones y orígenes bajo un objetivo religioso común. El Papa Urbano II enfatizó que la Cruzada fue una guerra santa (bellum sacrum) contra los enemigos de Cristo.
6. Poder Papal: La Cruzada fortaleció la autoridad y el prestigio del papado. Al movilizar y dirigir con éxito la Cruzada, el Papa Urbano II demostró la influencia y el poder de la Iglesia Católica.