Según los relatos del Nuevo Testamento en los Evangelios, Jesús de Nazaret fue arrestado y crucificado por los romanos en Jerusalén. Durante ese período, la crucifixión era una forma común de ejecución romana. Los Evangelios proporcionan diversos detalles sobre los eventos que condujeron a la crucifixión de Jesús, pero generalmente describen la siguiente secuencia de eventos:
1. Arresto: Jesús fue arrestado en el Huerto de Getsemaní por un grupo de soldados y líderes religiosos.
2. Pruebas: Jesús pasó por varios juicios ante las autoridades judías y romanas, incluso ante el sumo sacerdote judío Caifás y el gobernador romano Poncio Pilato.
3. Sentencia: A pesar de no encontrar culpa en Jesús, Pilato cedió a las demandas de la multitud que insistía en la muerte de Jesús y ordenó que lo crucificaran.
4. Cargar la Cruz: Luego se obligó a Jesús a llevar su propia cruz al lugar de la crucifixión, que tradicionalmente se llamaba Gólgota o el "lugar de la calavera".
5. Crucifixión: Jesús fue despojado de sus ropas y clavado en una gran cruz de madera, junto con otros dos delincuentes. Los clavos le atravesaron las manos y los pies, causándole un dolor insoportable.
6. Sufrimiento y muerte: Mientras estaba en la cruz, Jesús soportó agonía física y angustia emocional. Oró a Dios y habló con sus seguidores. Después de varias horas, gritó:"Consumado es", e inclinó la cabeza, entregando su espíritu y falleciendo.
7. Entierro: Después de la muerte de Jesús, sus discípulos bajaron su cuerpo de la cruz y lo enterraron en una tumba. Su posterior resurrección es un principio central de la fe cristiana.
Los detalles precisos y los relatos de la crucifixión varían ligeramente entre los diferentes evangelios, pero todos enfatizan la voluntad de Jesús de sacrificarse por la salvación de la humanidad y el significado de su muerte y resurrección en la teología cristiana.