Los asirios normalmente permitían que los pueblos conquistados permanecieran en su tierra natal, aunque a menudo eran reasentados en diferentes áreas del imperio. Esto se hizo para prevenir rebeliones y asimilar a los pueblos conquistados a la cultura asiria. Los asirios también exigían a menudo que los pueblos conquistados pagaran tributos, proporcionaran apoyo militar y adoptaran costumbres asirias.