Los egipcios utilizaban los jeroglíficos (un sistema de símbolos) como sistema de escritura para ocasiones formales. Para la contabilidad y otras tareas cotidianas, los egipcios inventaron una forma cursiva de jeroglíficos conocida como hierática. Posteriormente, el hierático se convirtió en demótico, una escritura más rápida y sencilla. Los escritos egipcios eran comúnmente leídos en voz alta.
Durante el segundo milenio a. C., la religión nativa egipcia entró en contacto con la religión semítica del pueblo cananeo a través de los hicsos y más tarde de los colonos egipcios en Canaán. A través de la exposición continua a la escritura alfabética entre el pueblo de Canaán, los egipcios comenzaron a adoptar una escritura alfabética para escribir su propio idioma, desarrollando así la escritura de la antigua Biblos del alfabeto protocananeo, que se convirtió en el alfabeto fenicio. Después de la conquista egipcia de Canaán por el faraón Ahmose I, el alfabeto fenicio se introdujo en Egipto y se hizo popular entre los escribas egipcios. Más tarde, los egipcios modificarían el alfabeto fenicio para inventar su propio alfabeto conocido como alfabeto egipcio tardío, que se utilizó hasta el siglo VI d.C.