La Rebelión de Shay fue un levantamiento armado de agricultores en Massachusetts en 1786-87. Fue provocado por dificultades económicas, incluidos altos impuestos, altas tasas de interés y escasez de divisas fuertes. Los rebeldes, liderados por Daniel Shays, intentaron cerrar los tribunales para evitar la ejecución hipotecaria de sus granjas.
La rebelión reveló las profundas divisiones económicas y sociales en la América posrevolucionaria. Muchos agricultores habían luchado en la guerra por la independencia, pero sentían que no estaban cosechando los beneficios de su victoria. Estaban agobiados por fuertes deudas e impuestos, mientras que los especuladores y los comerciantes ricos prosperaban. La rebelión también expuso las debilidades del gobierno nacional, que fue incapaz de mantener el orden y hacer cumplir la ley de manera efectiva.
La rebelión de Shays finalmente fue aplastada por el gobierno estatal, pero tuvo un impacto duradero en la política y la sociedad estadounidenses. Ayudó a galvanizar el apoyo a la Constitución, que fue ratificada en 1788. La Constitución creó un gobierno nacional más fuerte y le dio al gobierno federal el poder de regular el comercio y los impuestos. Estas medidas ayudaron a estabilizar la economía y reducir las dificultades económicas que habían llevado a la rebelión de Shays.