1. Oposición:
a. Rechazo de Rituales: Los puritanos creían que los rituales y ceremonias anglicanos, como el uso de vestimentas, la liturgia compleja y la jerarquía, eran innecesarios y demasiado ritualistas. Vieron estas prácticas como restos del catolicismo y un alejamiento de la simplicidad de la iglesia cristiana primitiva.
b. Autoridad administrativa: Los puritanos criticaban la autoridad y el poder del clero anglicano. Creían que la jerarquía, incluidos obispos, arzobispos y otros funcionarios de la iglesia, se había vuelto corrupta y distante de las necesidades de los creyentes comunes y corrientes.
c. Las Escrituras como autoridad: Los puritanos priorizaron la Biblia como la única autoridad para la doctrina y la práctica en la iglesia. Rechazaron la idea de que las tradiciones, los rituales o la jerarquía clerical de la Iglesia Anglicana tuvieran el mismo nivel de autoridad.
d. Énfasis en la piedad personal: Los puritanos enfatizaron la importancia de la piedad individual y una relación personal con Dios. Creían que la verdadera adoración provenía del corazón y no de rituales o ceremonias externas.
2. Deseo de reforma:
a. Reforma dentro de la Iglesia: Mientras que algunos puritanos intentaron separarse completamente de la Iglesia de Inglaterra, otros intentaron reformarla desde dentro. Querían eliminar rituales, jerarquías y prácticas que consideraban antibíblicas y promover una forma de adoración más simple y espiritual.
b. Teología del Pacto: Los puritanos abrazaron la teología del pacto, que enfatizaba una relación de pacto entre Dios y su pueblo. Creían que la iglesia debería reflejar este pacto y ser una comunidad de creyentes comprometidos, unidos en su fe y amor por Dios.
c. Congregacionalismo: Muchos puritanos abogaban por una forma congregacional de gobierno de la iglesia, donde cada congregación local sería autónoma e independiente de las autoridades eclesiásticas centrales.
d. Influencia del calvinismo: La teología puritana estuvo fuertemente influenciada por las enseñanzas de Juan Calvino, que enfatizaban la predestinación, la salvación por gracia y la búsqueda de la santidad en la vida diaria.
En resumen, los puritanos se oponían a ciertos rituales y prácticas de la Iglesia Anglicana, considerándolos antibíblicos y corruptos. Sin embargo, algunos buscaron reformas dentro de la iglesia, mientras que otros finalmente buscaron una separación completa, dando origen a varias denominaciones puritanas.