Poder sacerdotal debilitado: Las reformas de Akenatón centralizaron el culto a Atón bajo su autoridad y redujeron el papel y la autoridad del sacerdocio tradicional. Esto disminuyó su influencia en las ceremonias, rituales y prácticas religiosas, así como su control sobre los recursos religiosos y económicos.
Alteración de los rituales tradicionales: La introducción de nuevos rituales y el cierre de templos dedicados a otros dioses alteraron las prácticas y tradiciones religiosas establecidas. Esto encontró resistencia por parte del sacerdocio, que vio cómo sus prácticas tradicionales eran cuestionadas y reemplazadas.
Transferencia de riqueza del templo: Akenatón desvió recursos y riquezas de los templos tradicionales para apoyar el culto a Atón. Esta reasignación de recursos fuera del control del sacerdocio erosionó aún más su poder económico y político.
Persecución de creencias tradicionales: La supresión y crítica de Akenatón a las creencias tradicionales, incluida la veneración de otros dioses, fue vista como un ataque a la herencia religiosa de Egipto. Esto provocó la ira de los sacerdotes, que se dedicaban a preservar y defender las prácticas religiosas tradicionales.