Pompeya era una ciudad vibrante con una rica vida cultural. La gente disfrutaba de la música, el arte y la literatura. Asistieron a luchas de gladiadores y otros espectáculos públicos. La ciudad también albergaba muchos templos y santuarios religiosos.
Los habitantes de Pompeya fueron enterrados vivos por una erupción volcánica en el año 79 d.C. La erupción preservó sus hogares, negocios y artefactos, brindándonos una visión única de su vida diaria.