Control del Mar Negro :Pedro el Grande reconoció la importancia estratégica de la región del Mar Negro y quiso establecer a Rusia como una importante potencia naval en la zona. Sin embargo, el dominio del Imperio Otomano sobre los estrechos que conectan el Mar Negro con el Mediterráneo impidió que los barcos rusos accedieran libremente a aguas internacionales. El acceso al mar era esencial para expandir el comercio y proyectar el poder militar.
Factores religiosos y culturales :Los factores religiosos también contribuyeron al conflicto entre Rusia y los turcos otomanos. La Iglesia Ortodoxa Rusa vio a los otomanos como una amenaza para el cristianismo y consideró la conquista de territorios otomanos como una misión sagrada. Además, Pedro el Grande pretendía unir a las poblaciones ortodoxas eslavas bajo el dominio ruso, incluidas las que vivían en territorios controlados por los otomanos.
Influencia en Europa del Este :Rusia y el Imperio Otomano compitieron por la influencia en Europa del Este, particularmente entre las naciones cristianas ortodoxas. Ambos buscaron ganarse la lealtad o el control de estas naciones, lo que llevó a enfrentamientos diplomáticos y disputas territoriales.
Rivalidad histórica :Había una rivalidad de larga data entre Rusia y el Imperio Otomano, derivada de conflictos y disputas territoriales anteriores. Las tensiones históricas y la desconfianza mutua contribuyeron al estallido de las hostilidades.
En última instancia, los esfuerzos de Pedro el Grande por ampliar las fronteras de Rusia, obtener acceso al Mar Negro y su deseo de afirmar su dominio en Europa del Este llevaron a enfrentamientos militares con los turcos otomanos.