Adquisición de Recursos: Diferentes regiones y civilizaciones tenían acceso único a diversos recursos naturales, como minerales, metales, madera, especias y productos agrícolas. El comercio permitió a las sociedades obtener recursos que eran escasos o no disponibles en sus propias regiones.
Intercambio Cultural: El comercio facilitó el intercambio cultural entre diversas civilizaciones. Los comerciantes y comerciantes actuaron como embajadores culturales, compartiendo ideas, tecnologías, influencias artísticas y prácticas religiosas. Este intercambio cultural enriqueció a las sociedades al introducir nuevas perspectivas y fomentar el entendimiento mutuo.
Crecimiento económico: El comercio contribuyó significativamente al crecimiento económico. Al vender bienes excedentes y adquirir productos necesarios de otras regiones, las civilizaciones podrían especializarse en industrias específicas, lo que llevaría a una mayor eficiencia, productividad y excedente económico.
Poder político: El control sobre rutas comerciales importantes o productos valiosos podría generar poder e influencia políticos. Las naciones comerciantes a menudo negociaron alianzas y tratados con otras entidades poderosas para proteger sus intereses comerciales.
Acumulación de Riqueza: Para los comerciantes, el comercio ofrecía la posibilidad de obtener beneficios sustanciales. Los comerciantes exitosos acumularon riqueza, lo que llevó al surgimiento de individuos ricos y clases mercantiles poderosas, que a menudo desempeñaron un papel importante en la sociedad y la política.
Avances tecnológicos: El comercio estimuló la innovación tecnológica. La necesidad de un transporte eficiente y comunicaciones a larga distancia impulsó avances en la construcción naval, la navegación, la cartografía y los métodos de comunicación, como los sistemas de escritura.
Difusión de conocimientos e ideas: Las rutas comerciales también facilitaron la difusión del conocimiento, la filosofía, los avances científicos y las obras literarias. El intercambio de ideas e innovaciones contribuyó al crecimiento intelectual de las civilizaciones.
En general, el comercio era indispensable en la antigüedad, ya que fomentaba el desarrollo económico, la interacción cultural, los avances tecnológicos y la acumulación de conocimiento, riqueza y poder.