El proceso de momificación implicó varios pasos:
1. Embalsamamiento: El primer paso fue extirpar los órganos internos, excepto el corazón y los riñones, a través de una incisión en el abdomen. También se extrajo el cerebro por la nariz.
2. Desecación: Luego se deshidrataba el cuerpo utilizando una mezcla de natrón (una sal natural compuesta principalmente de carbonato de sodio y bicarbonato de sodio) y otras sales. Este proceso eliminó la humedad del cuerpo y ayudó a preservarla.
3. Embalaje y vendaje: Una vez seco el cuerpo, se envolvía con lino y especias aromáticas para conservarlo aún más. Luego, todo el cuerpo fue envuelto meticulosamente en vendas de lino, creando una envoltura protectora.
4. Amuletos y joyas: Se colocaban amuletos y piezas de joyería sobre el cuerpo o se envolvían en vendas. Se creía que estos artículos protegían al difunto en el más allá y les proporcionaban buena suerte.
5. Sarcófago y entierro: Una vez finalizado el proceso de momificación, el cuerpo era colocado en un ataúd de madera decorado, conocido como sarcófago. Luego, el sarcófago se sellaba y se colocaba en una tumba o cámara funeraria, a menudo acompañado de ofrendas y bienes funerarios.
Es importante señalar que la momificación no se practicaba en todos los habitantes del antiguo Egipto. La gran mayoría de la población fue enterrada en simples fosas o tumbas sin el elaborado proceso de momificación.