Nobleza y Realeza:
Los castillos se asociaron principalmente con la nobleza y la realeza medievales. En los castillos residían reyes, reinas, príncipes, duques, condes y otros miembros de las altas esferas de la sociedad. Estas fortificaciones les proporcionaron seguridad, comodidad y una base desde la cual ejercer su autoridad.
Señores feudales:
Los señores feudales eran poderosos terratenientes que controlaban vastos territorios durante la Edad Media. Construyeron castillos como fortalezas defensivas y centros administrativos para sus feudos. Los castillos les permitieron proteger sus tierras, afirmar su autoridad sobre los vasallos y mantener el orden social.
Caballeros:
Los caballeros eran guerreros profesionales a quienes se les concedían tierras y privilegios a cambio de servicio militar. Muchos caballeros vivían en castillos, formando una parte importante de la guarnición del castillo. Entrenaron, se prepararon para las batallas y sirvieron como protectores del castillo y sus habitantes.
Órdenes Religiosas:
Algunas órdenes religiosas, en particular órdenes militares como los Caballeros Templarios o los Caballeros Hospitalarios, también ocuparon castillos. Estas estructuras fortificadas sirvieron como cuarteles generales y bases de operaciones para sus actividades religiosas y militares.
Campesinos y siervos:
Los campesinos y siervos, que constituían la mayoría de la población medieval, a menudo vivían en castillos o cerca de ellos. Buscaron protección de los muros del castillo en tiempos de conflicto o disturbios. A cambio, proporcionaban mano de obra y servicios a los residentes del castillo.
Por tanto, los castillos actuaron como centros de la vida política, militar, social y económica durante la Edad Media. Eran fundamentales para el sistema feudal, proporcionaban posiciones defensivas estratégicas y daban cabida a una amplia gama de individuos y grupos sociales.