En la época colonial, la limpieza se consideraba una virtud y una casa ordenada se consideraba un reflejo de una mente bien ordenada. Las escobas eran esenciales para mantener un hogar limpio y, a menudo, se usaban varias veces al día. Además de sus usos prácticos, las escobas también se consideraban símbolos de buena suerte y, a veces, se colgaban sobre las puertas para protegerse de los espíritus malignos.
Las escobas eran tan importantes para los colonos que a menudo se mencionaban en la literatura y el arte. En la novela "La letra escarlata", Nathaniel Hawthorne describe una escena en la que Hester Prynne, la protagonista principal, barre las escaleras de la iglesia como castigo por su adulterio. En el cuadro "Washington cruzando el Delaware", de Emanuel Leutze, se puede ver una escoba apoyada en un árbol en primer plano.
Las escobas desempeñaron un papel vital en la vida cotidiana de los pueblos coloniales y siguen siendo herramientas importantes para la gente de hoy. Son un recordatorio de la importancia de la limpieza y el orden, y también pueden verse como símbolos de buena suerte y protección.