1. Preparación del Cuerpo :
- Después de la muerte, el cuerpo era lavado con agua y natrón (un compuesto de sal) para limpiarlo y secarlo.
- Los órganos internos, excepto el corazón, eran extraídos cuidadosamente a través de una incisión en el costado del cuerpo y conservados por separado en vasos canopes.
- El cerebro normalmente se extirpaba por la nariz utilizando herramientas especializadas.
2. Desecación :
- Luego se llenaba el cuerpo con natrón o sal para absorber la humedad y secarlo aún más.
- Este proceso normalmente duraba unos 40 días, dando como resultado la deshidratación y preservación de los tejidos del cuerpo.
3. Embalsamamiento :
- Luego del proceso de desecación, el cuerpo era tratado con diversas resinas, aceites y ungüentos para evitar la descomposición.
- También se utilizaban especias y hierbas aromáticas para enmascarar el olor del proceso de embalsamamiento y preservar aún más el cuerpo.
4. Envolviendo a la Momia :
- Una vez embalsamado, el cuerpo era envuelto en capas de vendas de lino.
- El proceso de envoltura comenzaba por la cabeza y poco a poco avanzaba hacia abajo, cubriendo todo el cuerpo.
- Las vendas estaban meticulosamente envueltas en un patrón específico y a menudo contenían amuletos u oraciones para protección en el más allá.
5. Amuletos y Joyas :
- Entre las capas de vendajes se colocaban amuletos hechos de piedras preciosas, oro o loza para brindar protección espiritual y garantizar un viaje seguro al más allá.
- También se incluían joyas, como collares, aretes y anillos, con la momia como adorno y para indicar el estatus social del difunto.
6. Carcasa final :
- Una vez finalizada la envoltura, la momia se colocaba en un ataúd, que a menudo estaba decorado con pinturas e inscripciones.
- El ataúd proporcionaba protección adicional y simbolizaba la transición del difunto al más allá.
Todo el proceso de momificación fue llevado a cabo por hábiles sacerdotes conocidos como "embalsamadores", quienes eran muy respetados por su experiencia en la preservación de los cuerpos de los difuntos para la eternidad. Los elaborados rituales y el cuidado puesto en la momificación reflejaban la creencia del antiguo Egipto en la importancia de preservar el cuerpo físico para la otra vida, donde el difunto continuaría existiendo en un reino espiritual.