Los aprendizajes normalmente duraban entre 5 y 7 años, tiempo durante el cual el aprendiz trabajaba bajo la supervisión de un maestro sastre y aprendía las habilidades del oficio. Comenzarían aprendiendo tareas básicas y progresarían hacia técnicas más complejas a medida que desarrollaran sus habilidades.
Al final de su aprendizaje, los sastres habrían adquirido el conocimiento y la experiencia necesarios para crear una variedad de prendas de vestir, desde prendas simples hasta piezas más elaboradas y adaptadas. Con el tiempo podrían montar sus propios talleres de sastrería o trabajar como oficiales para otros sastres.