Rómulo procedió a fundar la ciudad en el monte Palatino y, para marcar los límites de la ciudad, aró un surco alrededor de la colina. Declaró que si alguien alguna vez cruzaba ese surco, sería ejecutado. Sin embargo, Remo decidió saltar el surco con desprecio y Rómulo lo mató.
Los romanos vieron a Rómulo y Remo como los fundadores de su ciudad y como símbolos de la fuerza y el coraje romanos. Creían que Rómulo era un gran líder que contaba con el apoyo de los dioses y que su hermano gemelo Remo era un partidario valiente y leal.