Esta expresión simbolizaba el alcance global y el poder del Imperio Británico. Significaba las amplias posesiones territoriales del imperio, que incluían colonias, protectorados y dominios, que cubrían una parte significativa del mundo. La frase destacó la influencia de gran alcance, las redes comerciales y la presencia militar del imperio en todo el mundo.
Aunque el Imperio Británico hace mucho que fue desmantelado, la expresión sigue siendo una referencia histórica significativa a la extensa influencia geopolítica del imperio y su impacto global durante su época.