Los conventos también cumplían una serie de importantes funciones sociales y económicas.
- Por ejemplo, ofrecían educación y formación profesional a las mujeres y, a menudo, desempeñaban un papel en la atención a los enfermos y a los pobres. Los conventos también sirvieron como importantes centros culturales, y las monjas a menudo eran expertas en una variedad de artes y oficios, como la iluminación de manuscritos y la música.
Los conventos variaban en tamaño, desde pequeñas comunidades de unas pocas docenas de monjas hasta grandes complejos que podían albergar a cientos de mujeres. Habitualmente se ubicaban en zonas rurales, aunque también se establecieron algunos conventos urbanos.
Un convento medieval típico incluiría los siguientes edificios:
- una iglesia donde las monjas rezaban y asistían a misa
- un dormitorio donde dormirían las monjas
- un refectorio donde comían las monjas
- una cocina donde las monjas prepararían su comida
- una biblioteca donde las monjas estudiarían
- un claustro, un patio rodeado de pasillos cubiertos, donde las monjas paseaban, meditaban y rezaban.
Las monjas de los conventos medievales normalmente provenían de familias ricas o nobles y estaban motivadas por la devoción religiosa. Pasarían por un período de formación antes de tomar sus votos, que incluía instrucción en la oración, la Biblia y las reglas de la orden. Las monjas vivían una vida sencilla de trabajo manual, oración y contemplación. Se levantaban temprano en la mañana para orar y asistir a Misa, y luego pasaban el día trabajando en el campo, la cocina o la enfermería.
Los conventos tuvieron un profundo impacto en la sociedad europea de la Edad Media. Proporcionaron a las mujeres una alternativa al matrimonio y la crianza de los hijos y promovieron la alfabetización y la educación de las mujeres. Los conventos también desempeñaron un papel importante en el crecimiento del cristianismo y la preservación del saber clásico.