Los centuriones eran importantes por varias razones. Primero, eran la columna vertebral del ejército romano. Ellos fueron quienes entrenaron y dirigieron a los soldados que libraron las batallas. En segundo lugar, los centuriones eran una fuente de disciplina y moral para sus hombres. Ellos fueron quienes hicieron cumplir las reglas y regulaciones del ejército, y fueron quienes inspiraron a sus hombres a luchar con valentía en la batalla. En tercer lugar, los centuriones eran una fuente de liderazgo para el ejército. Ellos fueron quienes tomaron las decisiones en el campo de batalla y fueron quienes dieron el ejemplo a sus hombres.
Los centuriones eran una parte vital del ejército romano y desempeñaron un papel clave en el éxito del Imperio Romano.