La versión inglesa del término apareció por primera vez a finales del siglo XV durante el reinado del rey Enrique VII. Aunque siguió siendo poco común hasta finales del siglo XVI, su uso se extendió más ampliamente durante los dos siglos siguientes. Sin embargo, en el año 2000, la frecuencia del uso de la palabra disminuyó en casi un 64%. A pesar de que ya no se usa comúnmente, todavía se lo encuentra en escritos históricos, obras literarias y otros medios escritos.