La batalla no fue concluyente y ambos bandos cantaron la victoria. Sin embargo, los realistas obtuvieron algunas ventajas estratégicas, ya que pudieron capturar Banbury y Oxford y establecer una línea de comunicación entre sus fuerzas en Gales y las del norte de Inglaterra.
En términos de bajas, los realistas sufrieron alrededor de 4.000 muertos, mientras que los parlamentarios perdieron alrededor de 5.000.