Un día, para doblegar el orgullo de su amante, la reina le dice que es capaz de gastar 10 millones de sestercios en una sola cena. La noche siguiente organiza un banquete, espléndido por cierto, pero no más de lo habitual. Llega el momento del postre. Cleopatra luego pide una taza de vinagre. Toma u