Descubrimientos arqueológicos

El extraño moai que es diferente a todos los demás

Los famosos moai de Rapa Nui, Isla de Pascua, son muy conocidos y se encuentran entre los monumentos más singulares de la historia de la Humanidad.

Recientemente, se difundió por Internet la divertida noticia viral de que los moais no eran sólo cabezas, sino que tenían cuerpos bajo tierra, algo que en realidad se sabía desde hacía décadas.

Se conocen alrededor de 900, repartidas por toda la isla, e incluso más de 400 que quedaron sin terminar en los alrededores de la cantera principal, el volcán Rano Raraku. Fueron construidos entre el 700 y el 1600 d.C., aunque muchos fueron derribados posteriormente por los indígenas, siendo restaurados los que hoy se pueden ver levantados a partir de 1956.

El extraño moai que es diferente a todos los demás

Fueron investigados por primera vez en 1914 por Katherine Routledge, quien a pesar de entrevistar a los nativos y recopilar algunas de sus leyendas, no pudo discernir ni su función ni su significado. También estudió la escritura única de la isla, el Rongorongo. Ambos elementos siguen siendo un misterio para los especialistas hoy en día.

Lo único que hay son teorías, la más aceptada establece que los moai debieron ser representaciones de antepasados ​​fallecidos.

Si todo esto no fuera suficiente para alimentar la imaginación y fomentar hipótesis, resulta que de los casi 900 moai que se conservan hay uno que se diferencia de los demás en un detalle. Todos los moai se encuentran erguidos, de pie, aunque muchos permanecen hundidos en la tierra hasta los hombros. Pero este claramente está arrodillado .

Se le conoce como Tuku Turi (a veces escritos juntos como Tukuturi) y es uno de los que quedan en las cercanías de Rano Raraku. El nombre deriva de la palabra tuku que es como llamaban a esa postura, y que está relacionada con una fiesta tradicional llamada riu en el que los integrantes del coro cantaron adoptando esa postura.

En un principio se pensó que podría representar a una mujer, pero la realidad es que tanto los rasgos del cuerpo como la prominente barba que muestra descartan esta posibilidad.

Curiosamente, el Tuku Turi está elaborado de escoria roja, un tipo de piedra procedente de Puna Pau, otra cantera del suroeste de la isla, y no de toba como los moais extraídos de Rano Raraku. Es más pequeño que los demás, alcanza sólo unos 3,70 metros de altura y pesa 10 toneladas. Fue descubierto por la expedición de Thor Heyerdahl entre noviembre de 1955 y abril de 1956.

El extraño moai que es diferente a todos los demás

En lo que los arqueólogos no parecen ponerse de acuerdo es en su cronología. Algunos creen que puede tratarse de uno de los moai más antiguos (Don Schorn lo sitúa en el siglo I o incluso antes), mientras que otros creen que por el contrario es muy posible que sea el último de los creados, en una época en la que los producción de los clásicos ya se había detenido.

Este último caso cobra fuerza si creemos en su relación con el tangata manu, la tradicional competición anual que consistía en alcanzar el primer huevo de la temporada manu tara en el cercano islote de Motu Nui. Fue una ceremonia que marcó el inicio de la primavera, dentro del culto a Make-Make, el hombre pájaro y dios principal de los isleños.