El análisis de una bolsa ritual de 1.000 años de antigüedad descubierta en Bolivia ha revelado rastros de sustancias psicotrópicas, incluidos los ingredientes principales de una poderosa droga alucinógena consumida por los antiguos habitantes de los Andes.
La Cueva del Chileno, en Bolivia, donde se descubrió la bolsa de psicotrópicos.
No es raro encontrarse hoy en día con jóvenes mochileros en la región amazónica que buscan un "chamán" dispuesto a hacerles tragar un poco de ayahuasca, una preparación tradicional que provoca alucinaciones visuales. Por primera vez, los rastros de esta poderosa decocción datan del 905 al 1170 d.C. Fueron detectados en una bolsa de cuero descubierta en una cueva por José Capriles, antropólogo de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos). Denominada "Cueva del Chileno", esta cavidad fue explorada en 2010 en la provincia de Sur Lípez, a 3900 m de altitud, en el departamento de Potosí, en Bolivia. Pero sólo recientemente el investigador pudo realizar análisis químicos en esta bolsa de piel de zorro cosida en perfecto estado de conservación, llena de objetos que podrían estar asociados con el consumo de narcóticos. Se han descrito dos tablillas de madera esculpidas, un tubo de rapé adornado con trenzas de cabello humano, destinado a inhalar las distintas sustancias en polvo, y dos espátulas de hueso de camélido.
Esta bolsa estaba hecha de bozales de zorro cosidos. Las muestras tomadas en el interior revelaron rastros de sustancias alucinógenas. ©Juan V. Albarracín-Jordán y José M. Capriles
No es raro encontrarse hoy en día con jóvenes mochileros en la región amazónica que buscan un "chamán" dispuesto a hacerles tragar un poco de ayahuasca, una preparación tradicional que provoca alucinaciones visuales. Por primera vez, los rastros de esta poderosa decocción datan del 905 al 1170 d.C. Fueron detectados en una bolsa de cuero descubierta en una cueva por José Capriles, antropólogo de la Universidad Estatal de Pensilvania (Estados Unidos). Denominada "Cueva del Chileno", esta cavidad fue explorada en 2010 en la provincia de Sur Lípez, a 3900 m de altitud, en el departamento de Potosí, en Bolivia. Pero sólo recientemente el investigador pudo realizar análisis químicos en esta bolsa de piel de zorro cosida en perfecto estado de conservación, llena de objetos que podrían estar asociados con el consumo de narcóticos. Se han descrito dos tablillas de madera esculpidas, un tubo de rapé adornado con trenzas de cabello humano, destinado a inhalar las distintas sustancias en polvo, y dos espátulas de hueso de camélido.
Esta bolsa estaba hecha de bozales de zorro cosidos. Las muestras tomadas en el interior revelaron rastros de sustancias alucinógenas. ©Juan V. Albarracín-Jordán y José M. Capriles
Los resultados de los análisis de muestras tomadas en la Universidad de Berkeley, bajo la dirección de Mélanie J. Miller, arqueóloga de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda), han sido publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). El examen realizado por cromatografía líquida combinada con espectrometría de masas (LC-MS) indica que sin duda se trataba de un kit para elaborar ayahuasca, esta bebida psicotrópica consumida por los habitantes del Amazonas. durante las ceremonias rituales. "Entre los elementos psicoactivos detectados se encuentran sus dos ingredientes principales:la harmina, obtenida de la corteza de la vid Banesteriopsis caapi, y las hojas del arbusto Psychotria viridis, que contienen el alucinógeno dimetiltriptamina (DMT) ", explica Melanie J. Miller, coautora del artículo. También se han identificado residuos de cocaína (benzoilecgonina), lo que sugiere el uso de hojas de coca, así como trazas de bufotenina, un alcaloide secretado por varias especies de plantas, incluidas las semillas. de la Anadenanthera colubrina árbol.
Tubo para inhalar sustancias psicoactivas y tabletas de madera decoradas con figuras antropomorfas. ©Juan V. Albarracín-Jordán y José M. Capriles
Una de las características de este "kit de ayahuasca" encontrado en el sitio boliviano, es que ninguna de las plantas identificadas se encuentra a estas altitudes en el altiplano. . Todos son de origen tropical y provienen del bosque de tierras bajas del Amazonas. Esto revela un transporte de estas plantas a largas distancias. Y su consumo a lo largo de muchos siglos en áreas culturales distintas pero conectadas.