Descubierto en las reservas del Museo de Aquitania de Burdeos, el supuesto ataúd del filósofo Michel de Montaigne ha comenzado a revelar sus primeros secretos.
Michel de Montaigne, grabado del siglo XIX.
El supuesto ataúd del filósofo Michel de Montaigne ha comenzado a desvelar sus primeros secretos. El equipo científico, dirigido por Hélène Réveillas, arqueóloga del Centro de Arqueología Preventiva de Burdeos Métropole, pudo proceder del 14 al 18 de septiembre de 2020 a la apertura del contenedor de plomo encontrado hace más de un año en las reservas del Museo de Aquitania en Burdeos. En su interior, los investigadores encontraron un esqueleto completo, en excelente estado de conservación, aunque no todos los huesos permanecían conectados entre sí.
"Nos hubiera gustado descubrir, por ejemplo, el collar de la Orden de Saint-Michel"
Se trata en efecto de un hombre, de estatura media y de constitución más bien esbelta, que bien podría corresponder a la descripción que hizo Michel de Montaigne, el gran humanista del siglo XVI. siglo, hecho de sí mismo. Pero dentro del ataúd no se encontró ningún documento ni mueble que pudiera dar fe de ello. "Nos hubiera gustado descubrir, por ejemplo, el collar de la Orden de Saint-Michel, una prestigiosa condecoración que recibió el filósofo en su época y con la que podría haber sido enterrado", lamenta Hélène Réveillas.
Aún quedan por realizar análisis de ADN con los descendientes de Montaigne
Sin embargo, los investigadores encontraron otras pistas de las que tendrán que "hablar" en los próximos meses:todavía se veían trozos de tela alrededor del cráneo:¿una diadema, una gorra? – y se eliminó lo que parece ser pelo y materia orgánica. Serán objeto de análisis de ADN para compararlos con el de los descendientes contemporáneos de Montaigne. También se recolectaron muchos pólenes e insectos que informarán a los paleoparasitólogos sobre las condiciones del entierro. Los especialistas también examinaron todo el ataúd para intentar encontrar rastros de pequeños cálculos renales, ya que se sabe que Montaigne sufrió cruelmente esta enfermedad durante muchos, muchos años.
El paleometalúrgico Michel Pernot, director emérito del CNRS, también abrió un cilindro de plomo, encontrado en el pequeño edificio que contenía el ataúd durante la primera campaña de excavación. Contenía una vitela fechada en 1886 que certificaba que el cuerpo de Montaigne fue efectivamente enterrado nuevamente en lo que hoy es el sótano del Museo de Aquitania. Aquí es donde el pequeño edificio, olvidado durante más de un siglo, fue descubierto en 2018 por Laurent Védrine, que acababa de asumir el cargo de director del establecimiento. Los primeros resultados de los análisis de ADN se conocerán a principios de 2021.