A medida que se excavaban los cimientos, las paredes se construían con piedra, ladrillo o madera. En algunos casos, las paredes del sótano simplemente se excavaron en la ladera de una colina o pendiente. Una vez terminadas las paredes, se excavó el piso del sótano y se instalaron los sistemas de drenaje necesarios. Finalmente, el sótano se cubrió con un tejado y el suelo se remató con madera, piedra o teja.
En el siglo XX, la introducción de maquinaria pesada hizo que la excavación de sótanos fuera mucho más fácil y rápida. Palas eléctricas, retroexcavadoras y topadoras podían cavar rápidamente grandes agujeros en el suelo, haciendo posible construir sótanos en tan solo unos días. Hoy en día, la mayoría de los sótanos se excavan con maquinaria pesada, pero en algunos casos todavía se excavan a mano.