En el caso de las tumbas etruscas, la toba se usaba comúnmente debido a su facilidad de tallado y su capacidad para soportar el peso de la tierra y la vegetación sobre ella. Los etruscos típicamente tallaban sus tumbas en las laderas de colinas o acantilados y luego usaban bloques de toba para construir las paredes y los techos de las tumbas. La naturaleza porosa de la toba también permitió que las tumbas estuvieran decoradas con intrincados tallados y frescos, muchos de los cuales han sobrevivido hasta el día de hoy.