La iglesia de Santa Catalina fue consagrada en el lejano año 1297. Antiguamente una de las iglesias más grandes de Núremberg, hoy es un testimonio silencioso del paso de la Segunda Guerra Mundial por la capital de Franconia.
A lo largo de los siglos pasados, la iglesia cumplió diferentes propósitos. Sin embargo, el edificio fue destruido durante un ataque aéreo sobre la ciudad el 2 de enero de 1945. A partir de entonces, el lugar, ahora al aire libre, se utilizó ocasionalmente como espacio para conciertos de música.
Durante el período de la Alemania nazi, la iglesia jugó un importante papel de propaganda. El Tercer Reich se llamó a sí mismo un imperio, una continuación de los imperios medievales alemán y prusiano. Según la teología nacionalsocialista, el espíritu del pueblo alemán residía en cada uno de sus individuos, por lo que la creación y mantenimiento de símbolos reconocibles por todos ellos era de vital importancia.
Tras la anexión de Austria en 1938, Hitler ordenó que las insignias del Sacro Imperio Romano Germánico, concretamente la corona de Carlomagno, fueran trasladadas de Viena a Nuremberg y conservadas en la iglesia de Santa Catalina. Allí permanecerían hasta 1945, cuando fueron devueltos a Viena, donde aún hoy se pueden admirar.
La iglesia de Santa Catalina nunca fue reconstruida. Hoy es un testimonio silencioso del paso de la guerra por la ciudad.
Cómo llegar a las ruinas de la Iglesia de Santa Catalina
Las ruinas de la Iglesia de Santa Catalina de Nuremberg se encuentran en el centro histórico de la ciudad. La mejor manera de llegar es a pie.