A finales de 2014 se publicó un libro especial, aunque sólo sea por su tamaño:el enorme Atlas forestal del patrimonio cultural Tiene 416 páginas. Hace tres años apareció también el aún más grueso (576 páginas) Atlas forestal de la historia de los Países Bajos. Afortunadamente, no hay obligación para los alumnos de primer grado que ya están sufriendo una fractura. ¿Pero son realmente para amantes de la historia? ¿O es suficiente con un atlas? Un buen momento para poner los libros uno al lado del otro.
Si tienes ambos atlas frente a ti, puedes volverte codicioso, así que ten cuidado. Son ediciones de lujo (reflejado en el precio de 119,95 euros) con tapa dura y una gruesa caja de cartón a su alrededor. ¿Pero no se superponen en gran medida la historia y el patrimonio cultural? Para hacernos una buena idea de esto, comparamos el diseño y contenido de ambos atlas. Pero primero, un poco más sobre el más nuevo de los dos, Los Bosatlas del Patrimonio Cultural .
Tercio de expertos
El nuevo atlas no se ha convertido en una obra de referencia exhaustiva, pero ese nunca fue el objetivo, según Cees van 't Veen, director de la Agencia del Patrimonio Cultural (RCE). ¿Entonces qué? "Una visión clara y clara de la diversidad de nuestro pasado cultural", reza el atlas. En este atlas han trabajado expertos del RCE junto con todo un grupo de expertos del mundo museístico y académico. El contenido está bien, incluso sin que quede espacio para estar completo. Los capítulos están escritos con claridad y, aunque son concisos, contienen mucha información instructiva. El atlas ya ha logrado ese objetivo.
Diseño del atlas
El atlas aborda nuestro patrimonio cultural a partir de cuatro temas, desde lo tangible hasta lo intangible. Además, los capítulos están organizados de la forma más cronológica posible, empezando por las formas más antiguas hasta llegar a los tiempos modernos. Los temas son Paisajes, Trabajo, Instalaciones y Cultura y Gobernanza. A través del atlas observamos los intentos de nuestros antepasados de dar forma al paisaje, cómo trabajaban, vivían, se movían y trataban de defenderse. Cómo vivían juntos, se cuidaban unos a otros, practicaban deportes y salían de fiesta juntos.
A través de esta combinación de tema y cronología, el nuevo atlas sitúa la historia en su contexto. Esto hace que el lector se dé cuenta de cuánto tiempo existen acciones cotidianas, instituciones y nombres conocidos (de grandes almacenes, por ejemplo). La historia encaja y ya no es una arena suelta de hechos y trivialidades.
El atlas aumentará la conciencia histórica de los lectores:el patrimonio cultural no es un pasado lejano, sino lo que queda de ese pasado y cómo lo abordamos ahora. Interesante no sólo para los amantes del patrimonio cultural y la historia, sino para todos. Porque, ¿qué tan fascinante es ver cuán diferente es tu propio mundo del mundo de la infancia de tus abuelos? Mientras que, por otro lado, hay una cantidad inesperada que reconocer y similitudes que ver.
Excelentes fotografías e infografías
Para cada capítulo, el Atlas Forestal del Patrimonio Cultural . describe una vista panorámica de los desarrollos asociados con el tema y agrega fotos coincidentes (en toda la página) y mapas e infografías aclaratorios ("¿cómo...?") al lado. Eso es lo que hace muy bien este Bosatlas:retratar con frecuencia el patrimonio cultural que ilustra nuestra historia. Ésta es una diferencia importante con el atlas histórico.
Se hace hincapié en los edificios y, especialmente, en los edificios que todavía existen hoy en día. Estos últimos han sido fotografiados magistralmente por Karel Tomeï de Flying Camera (ver imagen de portada). En la parte posterior del atlas hay un mapa con la ubicación de todas estas fotografías aéreas. Las fotos no sólo son preciosas, no en vano la expresión 'una imagen vale más que mil palabras'. Esto en sí mismo es motivo suficiente para querer el Bosatlas del patrimonio cultural, incluso si ya tienes el atlas de la historia.
Cada capítulo concluye con una lista de monumentos destacados y un mapa de los Países Bajos con la ubicación de los objetos patrimoniales tratados. Además de los cuatro temas mencionados anteriormente (divididos en quince capítulos), el atlas presta atención a la conmemoración y el patrimonio más allá de nuestras fronteras.
¿Y qué pasa con el atlas de historia?
El Atlas forestal de la historia de los Países Bajos de 2011 trata lo que sugiere el título:Historia holandesa. Dividido en capítulos cronológicos, desde la prehistoria hasta después de los años 1960. La historia político-política recibe la mayor atención, especialmente porque es fácil de representar en mapas. Porque este Bosatlas también se diferencia de un libro de historia corriente en esto:está repleto de mapas ilustrativos (más de 1500). Para cada capítulo, el atlas cubre varias páginas con mapas, con énfasis en la sociedad además de la política (por ejemplo, religión y educación).
Cada capítulo comienza con una página de cronogramas claros que brindan una descripción general de los eventos ocurridos en el período en cuestión. También se habla del desarrollo del paisaje y de la lucha contra el agua. También se conocen todos los temas como estamos acostumbrados en Bosatlas y el diseño de los mapas. Finalmente, cada capítulo muestra los lugares y monumentos que aún nos recuerdan la época en cuestión. En otras palabras:el patrimonio cultural también se analiza en este atlas, sólo que está organizado de manera diferente y representado de manera menos bella.
Y el ganador es…
Para quienes buscan información histórica, el Bosatlas de la historia de los Países Bajos la mejor elección de las dos. Es más grande (pero aún no está completo) y también muestra huellas históricas en los diversos paisajes holandeses y restos físicos como dólmenes, castillos, molinos y obras del delta, en el mapa o en la fotografía.
El Atlas forestal del patrimonio cultural por otro lado, la historia trata principalmente de temas y sólo entonces de forma cronológica. De esta manera sitúa mejor la historia en su contexto. Esto nos da una mejor idea de en qué ha influido la historia y qué ha surgido de ella. El nuevo atlas no está completo y no pretende serlo, pero proporciona una buena visión general de la vida de nuestros antepasados y las tradiciones que honraban.
Debido a su versión lujosa, ambos atlas son muy adecuados como libros de mesa, pero especialmente el Atlas forestal del patrimonio cultural es una buena copia con desplazamiento (con la ventaja de tener buenos fragmentos de texto legibles). Lo ideal sería que como entusiasta te gustaran ambos atlas, pero si tuviera que elegir me quedaría con el nuevo Bosatlas. El material visual es decisivo aquí, los detalles históricos los leo en otros lugares. El Bosatlas de la historia tampoco estuvo completo en eso.