- Esquema astuto: Los griegos construyeron un enorme caballo de madera hueco, símbolo de paz, como parte de su gran estrategia para penetrar los impenetrables muros de Troya.
- Falsa Rendición: Los griegos fingieron abandonar el asedio y se alejaron, dejando como ofrenda el misterioso caballo de madera.
- Sospecha de Troya: A pesar de las advertencias de Casandra y del profeta Laocoonte, los troyanos, influenciados por las mentiras de Sinón y el atractivo del caballo, lo arrastraron triunfalmente hacia su ciudad.
- Información siniestra: Ocultos dentro del caballo había guerreros griegos de élite, incluido Odiseo, que esperaba en silencio la caída de la noche.
- Celebración troyana: La ciudad de Troya se sumió en una celebración alegre y ebria, convencida de que habían sido más astutos que los griegos.
Desatando la furia:
- Golpe de medianoche: Bajo el manto de oscuridad, los guerreros griegos emergieron de su escondite de madera, haciendo señales a sus camaradas con una antorcha encendida en lo alto de la ciudadela de Troya.
- Puertas de la Matanza: Las fuerzas griegas restantes, alertadas por el rayo de fuego, se apresuraron a regresar a Troya, ahora desprovista de sus desprevenidos defensores.
- Asedio salvaje: Los griegos explotaron despiadadamente el elemento sorpresa, masacrando a innumerables guerreros troyanos y reduciendo la ciudad a cenizas y escombros.
- Destino de Troya: Con la caída de Troya, sus habitantes enfrentaron diversos destinos, desde ser masacrados en la matanza hasta ser esclavizados o dispersados a rincones lejanos del mundo antiguo.
La Guerra de Troya culminó con esta estrategia traicionera pero inteligente, que condujo a la caída de Troya, un final trágico para un conflicto de una década entre griegos y troyanos, inmortalizado en historias épicas de amor, guerra y engaño.